RUANDA – RWANDA

Las hermanas Misioneras de los Sagrados Corazones
La fundación en África fue en el año 1981 con la llegada de cuatros hermanas españolas a saber: la Hermana Concepción Basaganya, la Hermana Margarita Miralles, la hermana María Ponce, la hermana Cándida Jaume. Al llegar, se establecieron en el pueblo de Rukara (Rwanda) y fueron acogidas por los Padres Misioneros de los Sagrados Corazones quienes por su invitación y la acción del espíritu Santo lograron que las hermanas se movieran hacía estas tierras africanas. Era para ello un acto de mucho apoyo a la Iglesia y a la misión que los padres realizaban en este lugar.

Las hermanas fueron perseverantes en esta misión que era nada fácil al comienzo. Entre las dificultades de hablar una nueva legua y de aprender las costumbres de áfrica. Poco a poco lograron la amistad y la cercanía de la gente que colaboraron con ellas para acrecentar la misión e encarnar le carisma, mientras tanto los Padres Misioneros estuvieron muy de cerca ayudándoles a resolver los problemas encontrados al principio. En el año 1987, entra la primera hermana Rwandesa, Murekatete Veneranda y en el año 1990 hace su primera profesión. Luego siguió otras, de tal manera que fue necesario para nuestra zona de abril una nueva casa que sirviera de formación a estas jóvenes. Así, nuestro Carisma abrió puerta en el norte del país, Diócesis de Ruhengeri. Nuestra familia siguió recibiendo a las jóvenes con inquietud vocacional, las acompañó, las formó y gracias a ellas, tenemos hermanas que hacen presente el carisma en este lugar tan necesitado de Dios.

EL HOMBRE Y SU DIGNIDAD
Repetir, son momentos donde personas que solo se encuentran en el trabajo, en diferentes actividades, con sus preocupaciones y tensiones, compartir la vida, la alegría,…. Constatamos que nacen y crecen lazos de amistad y fraternidad.

NUESTRA EXPERIENCIA EN TIERRAS DE LAS MIL COLINAS – RWANDA.
Una buena bendición nos guió a acercarnos a conocer esta tierra llena de espiritualidad entre las Misioneras de los Sagrados Corazones. Decididas a querer conocer el país de las mil colinas, sabiendo que Dios y cada hermana que vive aquí nos abren las puertas de sus casas. Sentirnos tan bien gracias a su dulzura en el trato, la acogida, etc. tener la oportunidad de estar entre ellas y recibir tanto amor que desprenden, consiguiendo que nos sintamos en nuestra casa.

Primero estuvimos en la comunidad de Rukara, donde pudimos colaborar en el Centro de Salud, ayudando en las visitas médicas, en la farmacia, con los niños de nutrición, en enseñanza. Luego visitamos la comunidad de Butare, colaborando en el atelier, ensenando a hacer labores y pintura.

Agradecemos que se nos haya dado la oportunidad para trabajar en Rwanda. Ha sido una satisfacción para nosotras, sentir que hemos podido aportar un poquitín de nuestro tiempo y enseñanza, y llevarnos una mochila cargada de tanto aprendizaje y amor.

Ha sido un placer estar con el pueblo de Rwanda, con las hermanas, con las Misioneras de los Sagrados Corazones, una experiencia maravillosa e inolvidable.

Anna María Boncompte y Cristina Lozano